
Reflexionar intuitivamente ha sido mi enseñanza en esta etapa de vida, abriendo mi mente y recibir información de mi alma y de mi corazón; surgiendo momentos sagrados, recordando de mi Ser y
descubriendo de mis ancestros.
Cuidando la calidad de mis pensamientos para construir un presente, desde mi responsabilidad sin olvidar que Dios tiene un plan para mi.
Va a pasar lo que tiene que pasar, y tengo el control desde mi Luz elegir cómo percibir la experiencia. Esa es mi inmediata realidad elegir de posibilidades. No creo el plan, fluyo con el plan
divino, me permito sentirme y con recursos del plan divino, construir y contemplar. Es como armar un rompecabezas que ya tiene historia, orden y significado.
Podría contemplarlo todo el tiempo en desorden o creativamente ordenarlo y descubrir descifrando mi existencia.
¿Estoy donde debo estar, o dónde la divinidad quiere que esté?…
Mi mente dice crea y mi corazón me guía a creer. Somos co creadores al actuar con el plan divino en el presente, más no podemos borrar nuestro pasado ni las historias de nuestros ancestros, le
damos forma con los recursos divinos… y eso solo Dios lo provee. Así que, no funciona si queremos que venga de la nada el milagro, el milagro proviene de la divinidad, tan solo uno mismo lo
ordena y lo ama.
No podemos ir por la vida queriendo encender una chispa divina, sin sostener la fe en algo ilimitado e infinito, porque entonces seremos forasteros en este mundo sin saber de dónde venimos ni a
dónde vamos, bloqueando el propósito de la vida misma y su naturaleza.
No tengo que crear mi historia, mi responsabilidad es co crear la producción para vivirla.
Dios me inspira con inteligencia divina y yo la represento.
¡Deseo tener una vida tan majestuosa como mi alma!.
