
Mi alma es como el vino rosado... dulce afinidad con el toque de la transmutación que lleva a mi Ser a vivir con valía la aventura de esta historia que está escrita en el libro de mi alma.
La celebración y apreciación de vivir, cada instante con el trabajo personal de darle un significado a la historia, escuchando a la dulce voz de mi alma, lo que me dicta para encontrar la
estrategia y hacer uso de los recursos que cautivan con amor al alma misma.
Las miasmas kármicas son retiradas al cautivar mi alma en la mente de Dios.
La afinidad ilimitada y la grandeza de existir con la consciencia de que ser feliz es el propósito más trascendente que le da el toque a mi existencia ...
y ese toque es Dios besando a mi alma.
Mi alma es como el vino rosado... y mi deseo más grande es ser dulce para Dios.

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