La mujer es la mente, el hombre la acción... Las ideas son semillas para plantar en la Tierra.
Su compañero, el hombre con su fuerza y acción le ayuda a sembrar y así cosechar juntos.
La misión en esta vida es acrecentar la Luz de sus consciencias y llevar su atención e intención del alma a sus templos devocionales, entonces ahí es donde la mujer es la mente de Dios y el hombre la acción divina.
Si la mujer pierde su intuición en el camino de su vida .... la mente será dominada por demonios.
Y ellos terminarán dictando al hombre que hacer.
Si la mujer respeta y permite que el hombre se responsabilice de su misión y ella lo guíe con amor y validación, entonces será un Rey bondadoso, amoroso y próspero.
Si el hombre en su acción admira a la mujer tocará su corazón y terminará acariciando su alma y respetará su Corona.
Y es ahí ese instante entre el tiempo y el espacio, donde Dios se manifiesta en la creación más perfecta!
Madre... permite que ese hombre, tu hijo sea la acción de Dios, siembra en el semillas de amor.
Mujer... permite que ese hombre lleve a cabo su prosperidad, ayúdalo a limpiar su camino y a iluminar su espíritu, más si ese hombre en su libre albedrío decidió dar lugar a los demonios de la
carencia, el miedo y el odio... entonces no permitas que ingrese a tu templo y aléjate de él pidiendo a Dios que ese hombre sane y vuelva a encender la Luz de su consciencia.
La mujer no vino a la Tierra a realizar lo del hombre, vino a acompañarlo y a recordarle su misión.
Lucía Villalobos
